Dos grupos de barrio, o pandillas que se peleaban, con 30 a 35 jóvenes armaron una batalla campal con piedras y palos;sin embargo uno de ellos sacó un arma blanca ocasionando varias heridas al jovencito.
A pesar de recibir los primeros auxilios ya no contaba con signos vitales.
El hoy occiso fue herido gravemente a navajazos, lo que hizo que perdiera la vida desangrado, sin que se diera a conocer cuantas lesiones presentaba.
El hecho generó una intensa movilización de elementos de las policías Municipal, Estatal y de la Guardia Nacional.